EUROPA
PRESS
26 septiembre
2018
Hacer
ejercicio, aunque sea leve, mejora la memoria
Las personas que incluyen un poco de
yoga o tai chi en su día pueden recordar con mayor
facilidad dónde colocan sus llaves. Investigadores de la Universidad de
California en Irvine, Estado Unidos, y la Universidad
de Tsukuba, en Japón, descubrieron que incluso los
entrenamientos muy livianos pueden aumentar la conectividad entre las partes
del cerebro responsables de la formación y el almacenamiento de recuerdos.
En un estudio de 36 adultos jóvenes sanos, los científicos
descubrieron que un solo periodo de 10 minutos de esfuerzo leve puede producir
a considerables beneficios cognitivos. Utilizando imágenes de resonancia
magnética funcional de alta resolución, el equipo examinó los cerebros de los
sujetos poco después de las sesiones de ejercicio y observó una mejor
conectividad entre la circunvolución dentada del hipocampo y las áreas
corticales vinculadas al procesamiento detallado de la memoria.
"El hipocampo es crítico para la creación de nuevos
recuerdos, es una de las primeras regiones del cerebro que se deteriora a
medida que envejecemos, y mucho más severamente en la enfermedad de
Alzheimer", dice el colíder del proyecto Michael Yassa,
profesor de UCI y miembro del Departamento de Neurobiología y del
Comportamiento. "Mejorar la función del hipocampo es muy prometedor para
mejorar la memoria en situaciones cotidianas", añade.
Los neurocientíficos encontraron que el nivel de
conectividad aumentada predijo el grado de mejora de la recuperación, como
detallan en un artículo sobre su investigación que se publica este lunes en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.
No se descarta la
posibilidad de que nazcan células nuevas
Yassa, director del Centro para la
Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria de la UCI y la recientemente lanzada
Iniciativa Cerebral UCI, apunta que, aunque la investigación previa se ha
centrado en la forma en que el ejercicio promueve la generación de nuevas
células cerebrales en regiones de memoria, este nuevo estudio demuestra un
impacto: comunicación reforzada entre las partes del cerebro centradas en la
memoria.
"No descartamos la posibilidad de que nazcan nuevas
células, pero es un proceso que tarda un poco más en desarrollarse, destaca. Lo
que observamos es que estos periodos de ejercicio de 10 minutos mostraron
resultados inmediatamente después". Un poco de actividad física puede
recorrer un largo camino, enfatiza Yassa.
"Es alentador ver a más personas haciendo un
seguimiento de sus hábitos de ejercicio, al monitorizar la cantidad de pasos
que están dando, por ejemplo, explica. Incluso, cortos periodos de caminatas
durante el día pueden tener efectos considerables en la mejora de la memoria y
la cognición".
Yassa y sus colegas de UCI y de la
Universidad de Tsukuba están extendiendo esta vía de
investigación al evaluar a adultos mayores que tienen un mayor riesgo de
deterioro mental relacionado con la edad y realizando intervenciones a largo
plazo para ver si hacer ejercicio regular, breve y ligero diariamente durante
varias semanas o meses puede tener un impacto positivo en la estructura y
función del cerebro en estos sujetos.
"Claramente, hay un gran valor para comprender la
prescripción de ejercicio que mejor funciona en los ancianos, de modo que
podamos hacer recomendaciones para evitar el deterioro cognitivo",
concluye.